Después de deambular por las callecitas de en rededor del templo, no adentramos en él, con la grata sorpresa de que el templo estaba rodeado por miles de metros cuadrados de terreno, el cual estaba rodeado por una vegetación era realmente increíble. Rodeado de Cryptomerias de cientos o miles de años, de un tamaño que te hacen sentir ridículo, se esconde el templo más venerado y sagrado de todo Japón, el gran templo de Ise. El templo en cuestión data en su primer asentamiento de mas de 2000 años, y se dedico ya entonces a la diosa Amaterasu-ômikami, la diosa que hoy en día se venera en el Naiku, (parte interior del templo), en la cual, solo tienen permitida la entrada ciertos monjes y la familia imperial. En dicho templo se guarda con celo otro de los tres regalos que los dioses ofrecieron al pueblo nippon, el espejo de Amaterasu, (los otros dos son, las cuentas sagradas y la espada del templo de Atsuta(Kusanagi no tsurugi), que ya comente anteriormente). Este templo, se reconstruye una vez cada 20 años, por razones que son demasiado largas para exponer, respetando completamente la manera de construcción del Japón anterior al budismo, el cual, tomo parte en la religión japonesa en el año 700 d.c. aproximadamente. La ultima vez que este se reconstruyo, fue en 1993, y la próxima, será en 2013, con lo cual, con la madera con la que el templo antiguo esta construido, reconstruyen también los Torii (arcos de madera para entrar a un templo shinto, anteriormente comentado). El paseo por los senderos del templo permite la contemplación de los edificios secundarios, y los elementos naturales, necesarios en el Shinto (religión de los dioses de la naturaleza), como un riachuelo o tranquilos estanques repletos de carpas como se puede contemplar en las siguientes imagenes. El único punto en contra, es que no se permite hacer fotos de los edificios interiores y principales osea que tendréis que conformaros con una foto de uno de los edificios secundarios, copias de los interiores pero en pequeña escala.